La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ratificó la condena civil contra el productor Luis de Llano Macedo por el abuso sexual cometido hace más de 30 años contra la cantante Sasha Sokol, cuando ella era menor de edad.
Por unanimidad, los cinco ministros de la Primera Sala rechazaron conceder un amparo al productor, lo que confirma la sentencia dictada en 2023 que lo obliga a:
•Pagar una compensación económica a Sasha Sokol,
•Ofrecer una disculpa pública,
•Y abstenerse de mencionar su nombre en medios o declaraciones públicas.
La justicia no caduca, y con este fallo, la Corte da un paso importante hacia la reparación del daño y el reconocimiento de las víctimas.
No hay prescripción en casos de abuso infantil
Además del caso individual, esta decisión sienta una jurisprudencia de gran relevancia: las víctimas de abuso sexual durante la infancia podrán presentar demandas civiles en cualquier momento, sin importar cuánto tiempo haya pasado.
El proyecto, elaborado por el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo y aprobado por mayoría, establece que limitar el tiempo para denunciar vulnera derechos fundamentales como el acceso a la justicia, la integridad personal y la libertad sexual.
Esta resolución refuerza el mensaje de que la justicia no caduca cuando se trata de proteger a quienes fueron violentados en su niñez.
Un precedente para todo el país
El caso de Sasha Sokol, hecho público en 2022, provocó una fuerte respuesta social que ahora se ve respaldada legalmente. Esta decisión marca un precedente para todas las personas que han guardado silencio por miedo o por falta de respaldo jurídico.
Con esta resolución definitiva, la Corte envía un mensaje claro a la sociedad: la justicia no caduca cuando se trata de enfrentar abusos del pasado.
El fallo de la Suprema Corte no solo representa justicia para Sasha Sokol, sino que también envía un mensaje poderoso a la sociedad: la justicia no caduca cuando se trata de proteger a quienes fueron víctimas en su infancia.
Esta resolución marca un precedente importante, al reconocer que el dolor y el daño causado por el abuso sexual no desaparecen con el tiempo. Al eliminar la prescripción en este tipo de casos, se abre la puerta a que más personas puedan alzar la voz sin miedo ni límites legales.